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LOS
MODELOS.
Brian Wilson
Traducción e interpretación: Juan Antonio del Valle F.
Hacemos
uso de modelos siempre que alcancemos juicios de valor sobre una situación en
particular, aunque frecuentemente los modelos están implícitos y no pueden ser cuestionados.
Si los juicios de valor alcanzados permanecen implícitos entonces no los
podemos defender y, entonces, ellos se vuelven meramente una opinión.
Tomemos
el ejemplo bastante trivial ilustrado en Figura 1.1, dos personas han mirado un
programa particular en la televisión; actualmente una actividad no rara en la
mayoría de las personas. Las dos personas han visto lo mismo exactamente en la
pantalla y todavía así sacan conclusiones totalmente diferentes sobre la
calidad del programa, buena o pobre. Ellos discuten entonces sobre quién esta en lo correcto, lo cual tampoco es una actividad rara.
Pero en realidad no hay ningún motivo para tener esa discusión, ya que los dos
realmente están en lo correcto. Los criterios de valor sobre la calidad del programa
están basados en los conceptos diferentes que están en cada una de las mentes
de los dos televidentes, acerca de lo que constituye un buen programa de
televisión. Los conceptos en la mente del televidente A acentúan el impacto
visual, lo que no se observó al parecer; se considera que los conceptos en la
mente del televidente B reflejan un estímulo intelectual, lo que parece haber
sido la naturaleza del programa.
Si estos
conceptos pudieran hacerse explícitos y dejaran de ser implícitos,
representarían a modelos de un programa de televisión, entonces ellos podrían
compararse por los acontecimientos observados en la pantalla de televisión y
sería defendible el juicio de cada observador. Ellos todavía podrían discrepar
sobre los méritos relativos de los dos modelos, pero, por lo menos, el
argumento podría llevarse sobre una base más defendible y racional en lugar de
hacerse a un nivel de opinión no sustancial.
En un
área más significativa como es la actividad que se realiza en una empresa o
institución, donde sus situaciones problema y hechos circundantes, las vuelven
muy complejas y por consecuencia la necesidad de contar con argumentos
defendibles es importante. Tales situaciones son caracterizadas por operaciones
complejas y procesos de dirección que pueden haber crecido con el tiempo,
desaparecido o haber multiplicado sus objetivos, al haber cambiado el ambiente
por las personas con actitudes, historias y agendas diferentes.
Si la
definición de 'qué es correcto' respecto a algún hecho o problema es improbable
sea lograda, entonces por consiguiente la defensa se reduce a un criterio a ser
usado; ensamblando argumentos para soportar los juicios alcanzados para hacer
la recomendación en respuesta a los hechos o problemas.
Semejante
al concepto de 'optimización', prevaleciente en los estudios de Teoría General
de Sistemas, donde es difícil defender situaciones desarregladas, donde sea
improbable que hubiera un acuerdo acerca de lo que constituye un óptimo.
Así, en
el análisis de negocios generalmente hay un argumento defendible para soportar
algún cambio del negocio (donde la optimización no sea una respuesta correcta)
que es buscado. Para que un argumento sea defendible, se requiere la referencia
explícita a una auditoría qué esté basada en alguna clase de modelos para
representar la situación.
La
Figura 1.2 ilustra el proceso de una revisión estratégica. Suponga que un
ingeniero consultor (con su equipo de revisión) está investigando la actuación
global de alguna empresa como puede ser una constructora. El proceso no es
dependiente de la escala por lo que la revisión podría ser a una compañía
completa, un departamento, una división, una función o incluso un individuo. El
revisor hace preguntas críticas que estén buscando contestar aspectos
relacionados con: la efectividad (¿se
están haciendo las cosas correctamente?), la eficiencia (¿se están haciendo con
el uso mínimo de recursos?) y la eficacia (¿funciona?). El resultado de la
consultoría de contestar esas preguntas será la producción de recomendaciones
para un cambio.
Un valor
de la cuestión adicional que pregunta por este proceso es: ¿Cómo puede el
ingeniero consultor llegar a recomendaciones solo con observar y cuestionar a
una constructora?
En la
Figura 1.3 se agregan tres posibles respuestas al proceso. El uso de la
intuición y/o la experiencia, las cuales pueden ser recursos muy comunes, pero
donde hay dos grandes desventajas. Primera, a la intuición o experiencia no
puede accederse, y segundo, los juicios de valor del ingeniero consultor
(basados en la intuición y/o experiencia) es improbable sean iguales a los
juicios de valor de los revisados. Estas desventajas pueden tener un impacto
significativo en la aceptabilidad de las recomendaciones por parte de la
empresa o institución. Éste fue el problema de los observadores del programa de
televisión mostrado en Figura 1.1.
Es el
análisis explícito, utilizando un 'estándar' específico, lo que constituye la
mejor oportunidad de que sean aceptables y puedan incorporarse las
recomendaciones; como una manera de acomodamiento de los juicios de valor del
personal dentro de la constructora. Aquí 'estándar' se usa en su sentido más
general, de ser algo contra lo que una comparación es hecha. No es un absoluto
o una declaración obligatoria que algo debe obedecerse. El 'estándar' usado
para la comparación, siendo coherente, también necesita ser pertinente al grupo
particular de personal de la constructora, para quien es la revisión.
La
derivación de ese 'estándar' es por consiguiente crucial para el éxito del
proceso de la revisión. No se cubrirá en detalle en este artículo. En esencia,
ese 'estándar' es el equivalente de la empresa del modelo del concepto de un
programa de televisión en las mentes de los dos observadores representados en
la Figura 1.1.
Debe
estar claro que derivar un modelo para representar a una constructora (en
cualquier escala de detalle) será significativamente más complejo que este
ejemplo bastante trivial, del acomodamiento de los múltiples conceptos en las
mentes de esas personas relacionadas con la revisión estratégica.
Aunque
el problema de múltiples conceptos se ha introducido a través de la noción de
una revisión estratégica es un problema general asociado con el modelado de los
procesos de la constructora para cualquier propósito. Para producir un modelo
como una descripción representativa de una constructora es necesario describir
su propósito básico, es decir qué es lo que está tratando de hacer y también
qué se debe estar haciendo (en, términos de sus procesos de negocio) para ser
exitoso al realizar ese propósito. Dado la gran cantidad de conceptos, como se
ha referido, habrá múltiples visiones sobre el propósito básico y por lo tanto
acerca de los procesos necesarios del negocio.
Suponga
que la unidad organizacional es una constructora. Podría argumentarse que su
propósito básico es cualquiera o alguna combinación de los siguientes:
·
Generar la venta de
servicios de construcción.
·
para mantener la economía
de las personas, propietarios y empleados.
·
para contribuir a la
recaudación nacional de impuestos.
·
para establecer
infraestructura y con ello contribuir al bienestar de la comunidad
·
para ocupar mano de
obra calificada y no calificada.
Dependiendo
de lo que se tome como una declaración de propósito básico, se determinará un
juego particular de procesos del negocio. Un conjunto diferente se obtendrá
para otra opción diferente de propósito.
Está
bastante claro que una constructora real, no es describible por cualquiera de
los propósitos extraídos de la lista anterior. Su propósito será alguna mezcla
de esos listados además de otros. Sin embargo, los diferentes individuos (los
miembros de la Oficina local, de la comunidad y del propio cuerpo de obreros)
se subscribirán a diferentes mezclas de propósitos. Mientras sea aceptado que
la constructora responde a las necesidades de infraestructura y que tenga poco
interés en el pago de los impuestos puede dar énfasis a ocupar mano de obra
calificada y no calificada como si ellos pensaran que una constructora es para
eso. Por otro lado, un miembro puede dar énfasis a mantener la economía de las
personas, propietarios y empleados.' Así no habrá ninguna respuesta a la
cuestión: ¿para qué está una constructora?
Aunque
éste es un ejemplo en que un rango bastante obvio de definiciones potenciales
de propósitos puede derivarse, en que las diferencias están claras, es un
problema común a todas las empresas. En algunos casos el rango puede limitarse
más, aunque sea igualmente claro. Sin embargo, en algunas situaciones las
diferencias pueden ser más sutiles y difíciles de definir
pero, sin embargo, ellas son igualmente
significativas.
Las
primicias anteriores llevan a la conclusión que cuando se esté interesado con
describir la actividad humana del mundo real, como única y válida, las
descripciones no discutibles de la realidad no son posibles.
Para
avanzar análisis de esta clase es 'necesario hacer y mantener una distinción
entre' el mundo real 'que es complejo, desarreglado y contiene a las personas,
y el proceso intelectual del 'pensamiento sobre el mundo real' que puede ser
simple, preciso y defendible.
Hacer esta
distinción ayuda a entender el estado de los modelos; los modelos en general
son sólo pertinentes a la actividad humana. La Figure 1.4 captura esta idea.
Los
Modelos (de cualquier clase) no son descripciones del mundo real, sino son
descripciones de maneras de pensar sobre el mundo real.
Nosotros
metemos más confusión en lo que rodea esta distinción del proceso de construir
modelo al hacer una interpretación 'dura' de una situación. Por ejemplo, si un
modelo de simulación de un proceso de producción se produce en base a un
lenguaje de modelado orientado matemáticamente, puede validarse comparando el
producto del modelo derivado de alguna demanda de entrada con la salida del
proceso real al responder a la misma demanda. En este caso, es tomado por no
haber ninguna discordancia sobre los objetivos o propósito del proceso de
producción y la existencia de un 'modelo validado' lleva a la creencia que es
modelo del mundo real. No lo es. Todavía es un modelo de una manera de pensar
sobre el mundo real cuyo mapa de entrada y salida están sobre la realidad.
Puede
parecer pedante el insistir en esta distinción cuando se está interesado con
una situación 'dura', pero si el ejemplo ha ayudado a la comprensión de la
distinción, entonces ha servido a su propósito. No es pedante insistir en
mantener la distinción entre la realidad y el proceso intelectual en relación a
las interpretaciones suaves. A menos que esta distinción se mantenga, el
análisis subsecuente se agrietará y puede descender en el debate sobre la
opinión.
Figure 1.5
es una manera útil de pensamiento sobre la distinción acentuada aquí. En lo
alto de la figura está una representación de un proceso de análisis mirando a
alguna parte del mundo real. El analista hará que tenga sentido lo que está
observándose usando un juego de conceptos o estructuras intelectuales.
Dependiendo
de la naturaleza de la situación del mundo real, una selección de conceptos
será hecha. El resto de la Figura 1.5 da unos cuantos ejemplos.
La
elección del concepto sobre lo que es correcto lleva a un supuesto defendible
acerca de alguna preocupación relativa a un área particular de actividad del
mundo real, dado sobre la izquierda. Si la elección del concepto es pertinente
para la clase de análisis a ser emprendido, entonces las conclusiones
alcanzadas nos solo serán defendibles, sino que también serán apropiadas.
Es el
caso que, dada una situación particular, una opción de concepto llevará a un
conjunto de conclusiones defendibles, considerando que una opción alternativa
puede llevar a otras conclusiones (pero igualmente defendibles).
La
aceptabilidad de uno u otro juego de conclusiones se determinará por la
adecuación de los conceptos escogidos. 'La adecuación' puede determinarse bien
indirectamente por el destinatario de la conclusión en lugar de por el
analista.
No es
suficiente derivar los conceptos apropiados. Cómo ellos serán usados en el
análisis propuesto también debe hacerse explícito. Esto significa decidiendo y
describiendo el proceso intelectual que hace uso de los conceptos. Los
conceptos y el proceso intelectual pueden cambiar como el análisis procedente,
pero si no se declara a la salida, los cambios pueden ocurrir inconscientemente
y así remover la referencia de la auditoría y la defendibilidad subsecuente. Lo
que está siendo descrito es ya una metodología.