Como parte de los programas y políticas de movilidad estudiantil de la Facultad, Angélica Rodríguez Hernández, Enrique Peña de la Paz y Max Peralta Nyffeler participaron, del 10 de junio al 6 de agosto, en el Programa Internacional de Estudiantes de Verano en la Universidad del Sur de California (USC), una experiencia académica de internacionalización a través de un proyecto de investigación de calidad que les proporcione conocimiento y habilidades necesarias para su formación y los estimule a continuar posgrados en universidades de otros países. Además de los alumnos de la FI, también participaron uno de Química y otro del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de Ensenada.

Angélica Rodríguez fue aceptada por el doctor George Ban-Weiss cuyo equipo de investigación se dedica al medio ambiente, el clima, la calidad del aire, tipos de suelo y buscar soluciones prácticas para mitigar el cambio climático y la contaminación del aire. Ella participó en el Laboratorio de Ingeniería Civil y Medio ambiental en un estudio sobre el cambio climático en zonas urbanas.

Algunas de las actividades que realizó Angélica fueron colocar y supervisar sensores en diferentes puntos de Los Ángeles, California, recabar datos para analizar los factores que más afectaban al incremento de temperatura (materiales de los edificios, el pavimento, la cantidad de vegetación en la zona), la instalación de varias estaciones de monitoreo (temperatura, clima, velocidad y dirección del viento), y manejar el software de simulación que usan en el proyecto.

Su mayor aprendizaje, dijo, fue adentrarse en la ingeniería ambiental: "Fue toda una revelación, me di cuenta de la importancia que tiene actualmente esta área en el mundo", por lo cual al terminar su carrera de Ingeniería Industrial desea continuar con un posgrado en sustentabilidad.

Destacó que le resultó difícil coordinar sus horarios a las necesidades de la investigación y que al final lo resolvió dedicando su tiempo libre a ver lo que hacía falta en el laboratorio o investigando a profundidad los temas del proyecto.

El trabajar en un equipo multicultural de diez personas, nueve de China y uno iraní le permitió adentrarse es un ambiente colaborativo. "Al principio creí que la relación iba a ser formal, pero al final se convirtieron en buenos compañeros de proyecto".

Invitó a los estudiantes de la FI a que participen en la próxima edición del programa; "no esperen que lleguen a su casa las convocatorias, salgan y busquen en Internet o en la escuela, así encontrarán grandes oportunidades".

Angélica consideró que este viaje le dio la posibilidad de tratar con diferentes personas y conocer cómo se realiza investigaciones en el extranjero. "Ha sido la experiencia más enriquecedora de mi vida", concluyó.

Por su parte, Enrique Peña de Ingeniería Mecánica, colaboró con el doctor Steven Nutt en el Departamento de Ingeniería Química y Ciencia de los Materiales. Destacó que lo más valioso de la estancia fue la multiculturalidad del equipo y que el laboratorio tuviera tecnología de última generación, recursos materiales y humanos de alta calidad.

Sobre la interacción con los alumnos de otros países, Enrique reconoce que al inicio fue muy difícil, pero poco a poco logró integrarse al equipo, en particular con una compañera china, con quien tuvo buena química y colaboraron activamente".

Su participación consistió en un experimento de manufactura con fibra de carbono para reducir los costos de producción; como parte del procedimiento tuvo que grabarlo y recabar datos de varios sensores, posteriormente analizó y elaboró una serie de conclusiones, las cuales fueron evaluadas a través de un simulador.

Este viaje le sirvió a Enrique para expandir sus horizontes: "Despertó en mí las gana de ir por más, de romper mis límites; tengo la convicción de que podemos hacer más de lo que pensamos, lo importante es atreverse y luchar por lo que quieres".

Su mayor reto fue ganarse la confianza del doctor Steven Nutt y de su equipo: "A pesar de mi poca fluidez en el inglés, descubrí que lo que respondía por mí, era mi trabajo y mis aportaciones al proyecto".

Sobre su futuro dijo que quiere estudiar el doctorado en ciencias de materiales en el campo aeroespacial. y se manifestó contra la idea de que todas las oportunidades para estudiar en el extranjero son patrocinadas por el Gobierno: "Existen otras formas para continuar con nuestros estudios en el extranjero, lo importante es buscarlas, no rendirse y luchar por nuestros sueños". Invitó a los alumnos a que investiguen y busquen la información con tiempo.

Por su parte, Max Peralta de Ingeniería Mecánica realizó su estancia con el doctor Satyandra K. Gupta, director del Centro de Manufactura Avanzada de la USC, en el proyecto Robot Raven, dron inspirado en un cuervo: hace acrobacias aéreas usando alas controladas de manera independiente, debido a lo cual es capaz de realizar con éxito inmersiones, volteos y giros.

Max participó desarrollando un proceso de manufactura con brazos robóticos para la fabricación de alas para el Robot Raven. "Los alumnos de la Facultad somos capaces de competir académicamente con profesionales de todo el mundo", afirmó.

La estancia le significó una experiencia maravillosa: Fue una oportunidad para percatarme de que existen varias alternativas para continuar con mis estudios de posgrado y saber que no es algo imposible de lograr". Asimismo, le resultó algo difícil, ya que se trabaja con estudiantes de muchas culturas y países distintos. "En el laboratorio 40 personas (un norteamericano y los demás asiáticos). Gracias a la convivencia diaria llegamos a crear una especie de consenso cultural con una política de respeto, porque lo más importante es sacar adelante el proyecto; todos estábamos muy dispuestos a ayudar y echar la mano si alguien se atoraba en el proceso."

El doctor Jesús Manuel Dorador González, jefe del Departamento de Ingeniería en Sistemas Biomédicos, relató que el Programa de Estancias inició hace 7 años, cuando al doctor Francisco Valero Cuevas, de origen mexicano, profesor de Ingeniería Biomédica, Kinesiología y Fisioterapia en la USC le fue encomendada la tarea de buscar mecanismos que fortalecieran los vínculos de la USC con sus pares mexicanas.

Las únicas opciones que se tenían para estudio un posgrado en los EUA eran las universidades de Stanford o Berkeley: " Desconocíamos a la USC a pesar de ser una de las primeras universidades en el top ten de ese país", agregó.

En 2010, el doctor Valero en su visita a varias universidades mexicanas promueve este programa de estancias para que los alumnos conocieran la USC y que posteriormente se matricularan en maestría y doctorado. Desde entonces, la Facultad ha enviado cada año a estudiantes, al principio sólo ingenieros mecatrónicos, y luego de todas las carreras. Tras siete generaciones, actualmente 14 egresados estudian algún doctorado en la USC y cinco en otras universidades del mundo.

Subrayó que ingresar al programa es muy exigente y riguroso, puesto que hay mucha demanda de alumnos de todo el mundo y pocos lugares. El proceso de selección implica cumplir con todos los requisitos: tener buen promedio e inglés avanzado, y demostrar gran interés en la estancia y en continuar con sus estudios profesionales.

En el proceso de selección, los alumnos realizan varias entrevistas: con los doctores Dorador, Valero y Angela McCracken (directora de la Oficina Regional en México de la USC), y finalmente con el investigador. Participan en un programa de inducción e inclusión con varias reuniones y pláticas previas a su viaje, a su llegada a la USC y posteriores a su estancia, con objeto de acompañarlos y guiarlos. Este apoyo lo realiza de manera altruista Horizonte Básico, empresa de coaching profesional fundada por la licenciada María del Refugio Valero Cueva, Diana Herrerías y Jorge Espinosa, quienes les dan ayuda psicológica y seguimiento a los alumnos en sesiones grupales e individuales.

El doctor Dorador destacó los recursos económicos que aportan la Facultad, para adquirir los boletos, y la Dirección General de Cooperación e Internacionalización de la UNAM; la USC se encarga del resto.