El 17 de junio de 1985 en Cabo Cañaveral, dentro del transbordador espacial Discovery de la NASA, fue lanzado Morelos I, el primer satélite de comunicaciones mexicano, modelo HS-376, el cual era parte del sistema Morelos que consistió en dos satélites y un centro de monitoreo.
Con la puesta en órbita de Morelos I, México se incorporó a los pocos países de América Latina que contaban ya con un artefacto espacial para sus telecomunicaciones, lo cual permitió llevar esta tecnología a zonas de difícil acceso del territorio nacional: "Fue un gran paso para las comunicaciones en nuestro país y evidentemente se ganó un nombre en el mundo", opinó el doctor José Alberto Ramírez Aguilar, jefe del Departamento de Aeroespacial de la Unidad de Alta Tecnología (UAT).
Más tarde, en noviembre del mismo año se lanzó Morelos II dentro del transbordador Atlantis de la NASA, misión en la que estuvo presente el primer astronauta mexicano el doctor Rodolfo Neri Vela. La vida útil del sistema Morelos tuvo corta duración: Morelos I fue desorbitado en marzo de 1994 y Morelos II hasta junio de 2004; ante esta situación la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y Telecomm acordaron reemplazar dichos satélites con una nueva generación: Solidaridad 1 y 2.
A 33 años del lanzamiento de Morelos I, en la UNAM se sigue trabajando en el desarrollo de aplicaciones y servicios comerciales que emplearán las nuevas bandas de frecuencias (banda Ka, satélites regenerativos, etc.), comenta el doctor Ramírez Aguilar; además hay académicos especialistas con experiencia en el sector de las telecomunicaciones por satélite, un ejemplo es el doctor Salvador Landeros Ayala, varias veces galardonado.
Cabe destacar que en 1996, la UNAM puso en órbita el microsatélite UNAMSAT-B, un gran logro para nuestra Universidad y para México, porque con este hecho nuestra máxima casa de estudios se colocó entre las primeras instituciones de educación superior en el mundo en contar con un artefacto espacial de este tipo.
Además, la UAT de la Facultad de Ingeniería en Juriquilla, Querétaro, con apoyo del Conacyt y la UNAM, creó el primer Laboratorio Nacional de Ingeniería Espacial y Automotriz, donde se está trabajando en proyectos satelitales principalmente en la categoría de Nanosatélites tipo Tube y Cubesat, así como con microsatélites de hasta 100 kilogramos de masa.
"Veo un promisorio futuro en este sector para México. Falta mucho por hacer, hay que estar conscientes, por lo que necesitamos unir esfuerzos si realmente queremos que nuestro país desarrolle su propia tecnología que indudablemente va ligado a la independencia tecnológica y soberanía. Recordemos que: el espacio ya no es una opción, es una necesidad", concluyó el doctor Ramírez Aguilar.
