El Coral Ars Iovialis de la Facultad de Ingeniería, en coordinación con la División de Ciencias Sociales y Humanidades, ofreció un concierto en conmemoración de su XXV aniversario dirigido por su fundador, el maestro Oscar Herrera, acompañado por la pianista Adriana Pott, en el Auditorio Barros Sierra, el 13 de abril. Hace 25 años, Oscar Herrera llegó a esta Facultad para estudiar Ingeniería en Computación. Fascinado por las oportunidades que ofrecía esta institución, también sentía nostalgia de su participación en el coro del CCH Sur. Sin pensarlo dos veces, tomó la iniciativa y se propuso fundar un coro de ingenieros. En poco tiempo se sorprendió al descubrir una sensibilidad especial de sus compañeros, su habilidad para el canto. Así comenzó una historia llena de momentos gratos para el Ars Iovialis: el punto de partida fue en diciembre de 1990, cuando se dio a conocer en su primer concierto en la FI; posteriormente en la Sala Netzahualcóyotl, el Auditorio Nacional, el Anfiteatro Simón Bolívar y el Auditorio de la Secretaría de Gobernación. El talento de sus integrantes los ha llevado a participar en eventos como el Festival Coral Santa Cecilia, los Sábados Corales del INBA o el Festival de Primavera del Centro Histórico de la Ciudad de México, además de sus tradicionales conciertos de Navidad, performance Fúnebre y los de Coros Universitarios. Este concierto del XXV Aniversario tuvo un invitado especial: el Coro de la Facultad de Química, fundado hace un mes por el mismo maestro Herrera quien lo considera un hermano menor del Ars Iovialis. Después de la participación de los noveles, el público recibió entusiasta y alegremente, con aplausos y gritos, al coro de nuestra Facultad. Éste correspondió a los asistentes deleitándolos con piezas de su repertorio que, a través de los años, se ha enriquecido con todo tipo de música. Canto gregoriano, polifonía, obras barrocas, clásicas, románticas, contemporáneas, canciones tradicionales mexicanas, baladas y hasta rock son géneros dominados por las gargantas de los jóvenes. Gloria de Antonio Vivaldi, Un rayito de sol del yucateco Augusto Cárdenas Pinelo, Double Trouble, un fragmento de Macbeth de William Shakespeare musicalizado por John Williams, e Hijo de la luna de Mecano, fueron algunas de las piezas más aplaudidas del concierto. Uno de los momentos emotivos fue God is our refuge de Wolfgang Amadeus Mozart, y es que esta pieza, estrenada en México en el año 2000, fue interpretada por primera vez en el país por el coro de la Facultad de Ingeniería. Como despedida, el maestro Herrera invitó al Coro de la Facultad de Química a acompañar al Ars Iovialis en el Canto a la Universidad, el himno universitario. De pie y con el brazo en alto, el auditorio se sumó al canto, con lo que el concierto terminó en un ambiente de júbilo y compañerismo.