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Investigación y Vinculación
2020-03-06
Día de la Geofísica 2020
50 años formando geofísicos de alto nivel y conciencia social para resolver los retos que enfrenta el país.
Por: Rosalba Ovando Trejo
Fotografía: Antón Barbosa Castañeda
Comunicafi
Detalle de la inauguración

Con el propósito de analizar los retos y oportunidades que enfrentan los ingenieros geofísicos y fomentar el vínculo entre estudiantes, la iniciativa privada, instituciones gubernamentales y asociaciones académicas, la Sociedad de Alumnos de Geofísica de la Facultad de Ingeniería (SAGFI) llevó a cabo el Día de la Geofísica 2020: Rumbo a los 50 años, el pasado 6 de marzo en el Auditorio Javier Barros Sierra, con mesas redondas, la eliminatoria nacional del Challenge Bowl, cursos, exposición (stands de Schlumberger, Geoelec, Geotem, etc.), el concurso Geociencia-Arte y conferencias, entre las que destacó la de Sergey Fomel, distinguido miembro de la Sociedad de Geofísicos de Exploración.

En la inauguración estuvieron los doctores Enrique González Torres, jefe de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (DICT); Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica UNAM (IGf), Jorge Barrios Rivera, presidente de la Asociación Mexicana de Geofísicos de Exploración (AMGE), e Iza Canales García y el maestro David Escobedo Senil, coordinadora de la carrera y jefe del Departamento de Ingeniería Geofísica.

El doctor Delgado señaló que es momento para que los ingenieros geofísicos reflexionen sobre su pertinencia y participación en la sociedad, del rumbo que siguen y hacia dónde pretenden llegar, "Es importante que los estudiantes perciban el ambiente y la oferta que les espera, que los profesores lo compartan y se den un respiro para la actualización; además, analizar cómo podemos participar en la actual realidad de nuestra Universidad y del país en torno a los temas de equidad de género e igualdad en todos los ámbitos", acotó.

Tras destacar que la ingeniería geofísica, igual que las otras carreras de la DICT, tiene un papel más protagónico en la sociedad, el doctor González Torres aseguró que "ésta contribuye a resolver y prevenir necesidades sociales relacionados con el agua y otros eventos de riesgo". Agradeció el esfuerzo de la SAGFI, representado por su presidente José Alberto Espinosa Jiménez y vicepresidenta Karina Rodríguez Ramírez, por integrar un evento que "nos permite conocer qué y cómo se hacen las cosas en el campo laboral y ampliar nuestra perspectiva. A casi 50 años de haberse creado esta carrera, de irse consolidando y ser semillero del IGf, me siento orgulloso de pertenecer a un gremio que no sólo se forma en las aulas, sino que llega hasta lugares recónditos para a aplicar sus conocimientos, eso da a la comunidad una sensibilidad muy particular".

En su turno, el doctor Barrios hizo una breve reseña sobre la creación de la carrera de Ingeniería Geofísica, aprobada por el Consejo Universitario en junio de 1970: "Catorce alumnos formaron parte de la primera generación; tras cinco décadas, la FI ha cumplido con trabajo e innovación en el futuro de este campo disciplinario en México y ¡vamos por 50 años más!", expresó.

Durante el evento, el doctor Carlos Sosaya, el licenciado Jorge Rodríguez, y el ingeniero Fernando López Arriaga, funcionarios de Grupo BAL, y la licenciada Mariana Castro, coordinadora de Proyectos Especiales de Fundación UNAM, lanzaron la convocatoria de la tercera edición del Premio BAL-UNAM, Ciencias de la Tierra 2020, "Esta vinculación con la FI es muy importante, estamos abiertos para seguir con una relación más cercana", puntualizó el doctor Sosaya. (Bases en www.fundacionunam.org.mx , teléfono 53 400 910 o con Claudia Anzurez canzurez@hotmail.com).

Mesa redonda inaugural

En la primera mesa redonda, Perspectivas a Futuro en Materia de Riesgo Volcánico y Sísmico, participaron los doctores Gerardo Suárez Reynoso (moderador); Hugo Delgado Granados, Servando De la Cruz Reyna, Alberto Novelo Casanova, Mario Ordaz Schroeder, investigadores del IGf, y el ingeniero Enrique Guevara Ortiz, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), quienes expusieron sobre el constante riesgo en la Cuenca de México al estar ubicada en una zona con los volcanes más activos y tectónicamente compleja. "Se pretende aclarar las dudas sobre las diferencias entre el riesgo volcánico y sísmico, qué son los mapas de peligro volcánico y cómo se realizan las evaluaciones de riesgo sísmico, a fin de abrir el panorama a los estudiantes y vean en estos ejes de estudio una posibilidad de carrera", apuntó el doctor Suárez.

Con su ponencia, Peligro y Riesgo Sísmico: Pasado, Presente y Futuro, el doctor Ordaz Schroeder, actor clave en la evaluación de riesgo sísmico para establecer normas y reglamentos de construcción, explicó que el estudio del peligro sísmico consiste en caracterizar los procesos de ocurrencia de temblores en México, para medir desde sus fuentes la frecuencia y posteriormente caracterizar cómo se entrelazan la magnitud, la localización del epicentro, intensidades y aceleraciones que se registran. Analizada esta información se dan resultados de peligro sísmico, a fin de definir espectros de diseño estructural para ser usados en la normatividad sísmica.

Subrayó que también se estudian sus consecuencias mediante Vulnerabilidad Estructural (relaciones entre la intensidad del sismo y las aceleraciones del suelo) y el costo de los daños, es decir, se examina el riesgo a la frecuencia con la que ocurren y los efectos en diferentes ámbitos (humanos, económicos, etc.): "Desde 1998 la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas está obligada a aplicarlo para medir el riesgo sísmico cada tres meses en edificios asegurados". Comentó que en la actualidad se puede transferir riesgo a través del aseguramiento paramétrico, en el que las indemnizaciones no dependen del tamaño de las pérdidas, como ocurre con el seguro tradicional, sino de los resultados de modelos. "Esta área es una oportunidad para ingenieros, científicos, actuarios, etc., dedicados a desarrollar esos modelos".

Precisó que los resultados de riesgo se están utilizando para medir el impacto económico de las medidas de mitigación, a fin de definir cuánto disminuye la probabilidad de ocurrencia y cómo cambia el perfil de riesgo con las carteras de edificaciones originales y de mitigadas, y que es un proyecto eficiente en términos de costo-beneficio. Agregó que existe un proyecto que busca conectar los modelos de ocurrencia de los temblores con los de la economía, para percibir cómo se propagarían los daños que producen los fenómenos naturales en el sistema económico del país. "El riesgo sísmico ha ido cambiando y enfrenta nuevos retos; se están creando nuevas ramas de la actividad científica que dan oportunidad de desarrollar trabajos interesantes".

Servando De la Cruz Reyna, pionero de la vulcanología moderna mexicana, en su ponencia La Evaluación del Peligro Volcánico, apuntó que, a diferencia de los sismos, en el campo vulcanológico no hay una escala uniforme para el análisis directo asociado a un parámetro determinado y citó: las erupciones explosivas muestran diferentes tipos de tamaño: magnitud, intensidad, poder dispersivo, violencia y potencial destructivo (Walker, 1980). Las más importantes, la magnitud (volumen de la erupción) y la intensidad (altura de la columna), se miden con el índice de Explosividad Volcánica, que conjunta parámetros agrupados en ocho clases. "En contraste con la sismología, donde la magnitud define la energía de la fuente y sus tasas no varían mucho, en la vulcanología las erupciones liberan distintos tipos de energía a tasas muy diversas, por ello el diseño de la gestión de riesgo suele no distinguirse entre magnitud e intensidad", puntualizó.

En Herramientas para la Elaboración de Mapas de Peligro Volcánico, el doctor Delgado Granados explicó que el conocimiento de los peligros es lo más importante para la evaluación de riesgos, por ejemplo, un peligro volcánico es un proceso con probabilidades de ocurrir (flujos de lava o caída de ceniza), y un riesgo implica la pérdida o daño potencial, que afecta a personas, propiedades, y etc. Acotó que la evaluación de peligros volcánicos debe ser específica para cada volcán, a fin de poder evaluar: probabilidad de ocurrencia de un proceso volcánico en un área y con cierta magnitud, la distribución espacial, el alcance o la máxima influencia de los productos relacionados y la incidencia del proceso en cierto intervalo de tiempo: "Los mapas de peligro volcánico revelan la distribución espacial o temporal de la ocurrencia de los diferentes fenómenos y se basan en estudios científicos sólidos, con el fin de sintetizar la información, modelar y simular los procesos; por su sencillez y simpleza, estos mapas pueden ser utilizados por personas no especializadas", afirmó.

Finalmente, Enrique Guevara se refirió a la Ley de Gestión Integral de Riesgo y Protección Civil (2012), que establece las bases de coordinación para prevenir y mitigar el riesgo de desastres y que va más allá de la prevención y de la atención de emergencias, es decir, entender las causas de fondo que generan los riesgos. "El gobierno busca un cambio de paradigma para enfocarnos en el conocimiento de los riesgos y sus factores causales, y así tomar decisiones para prever, reducir y controlar de forma efectiva riesgos futuros que afecten el crecimiento de las ciudades, el desarrollo y las inversiones".

Cada vez nos cuestan más los desastres, aseveró, pues han aumentado, la mayoría son fenómenos hidrometereológicos, y sismos como los de 2017 han producido daños importantes, en 34 años del Sistema Nacional Protección Civil, los esfuerzos realizados por la entidad no han sido suficientes para revertir el incremento desastres. "Este campo ofrece muchas áreas de oportunidad en prevención; quienes estudian geofísica pueden contribuir enormemente a generar conocimientos que reduzcan y eviten el impacto de los desastres", finalizó.

Para ver la transmisión completa accede a www.youtube.com/watch?v=4XnLTPDUSO8