Hay un proverbio japonés que dice "la disciplina, tarde o temprano, vencerá la inteligencia", en otras palabras, más allá del talento y el conocimiento, la clave del éxito está en la constancia y la determinación. Para Alonso Ramos Fernández, egresado de la carrera de Ingeniería Mecatrónica y docente de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, ser disciplinado y metódico lo ha llevado a alcanzar una de sus más significativas metas profesionales: obtener una beca para estudiar un doctorado en una de las sedes de investigación de alto nivel internacional, el Instituto de Ciencia y Tecnología de Nara, en Japón.
Con cobertura del 100 por ciento de los costos de manutención, transporte y cuotas de estudio durante el tiempo del posgrado, el Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología del Japón abre cada año la convocatoria de la beca Monbukagakusho a todas las personas de los países con los que mantiene relaciones diplomáticas para estudiar en instituciones de educación superior. En México sólo se otorgan diez becas, y de las cientos de aplicaciones a nivel nacional recibidas en 2020, el recién posgraduado de la maestría de Ingeniería Eléctrica fue uno de los diez mexicanos seleccionados que en octubre viajará a Japón para tener clases del idioma los primeros seis meses, y en abril de 2022 iniciar el doctorado.
Con miras a Japón: investigación y control automáticoPor ser una rama amplia y diversa, el control automático captó el interés de Alonso a lo largo de su licenciatura en Ingeniería Mecatrónica, mientras más sabía al respecto, también se convencía que quería prepararse y dedicarse a la investigación en ese tema. Supo que para obtener una perspectiva global debía continuar sus estudios en uno de los países donde la investigación y divulgación en control automático es del más alto nivel: Japón.
La primera oportunidad se dio en 2015 mediante el programa de movilidad estudiantil de la UNAM: viajó al país del sol naciente para estudiar el noveno semestre de la carrera, una experiencia cultural que reafirmó su deseo de estudiar un posgrado y seguir aprendiendo japonés.
Al concluir sus estudios y titularse con mención honorífica con la tesis "Diseño, Construcción y Control de un Sistema Estabilizador para Smarthphone: Gimbal", aplicó por primera vez a la beca Monbukagakusho; sin embargo, no aprobó la segunda etapa (examen de inglés).
Decidido y fiel a sus convicciones, se propuso perfeccionar el idioma durante un año. Así, en 2018 inició en la Facultad de Ingeniería su maestría en Ingeniería Eléctrica, campo Control, y en 2019, volvió a aplicar a la beca ya con buenos resultados en la segunda etapa. No obstante, el objetivo se quedó a un paso, el de laúltima entrevista. Lejos de desistir, buscó mejorar su plan de investigación y fortalecer sus habilidades de comunicación.
Ese mismo año comenzó otra etapa para Alonso, la de ser docente de la asignatura ílgebra lineal en su alma máter, una meta que en algún punto de su carrera también se había propuesto y que, sin lugar a dudas, se ha convertido en una de las experiencias más enriquecedoras de su vida profesional.
En abril de 2021 obtuvo el grado de maestro con la tesis "Sistemas de Control sobre Redes utilizando Redes Neuronales y Modelos Ocultos de Markov", en la cual diseñó un controlador para un dron utilizando algoritmos de inteligencia artificial.
Un año antes, en 2020, aplicó por tercera vez a la beca Monbukagakusho con resultados satisfactorios en todas las etapas. El sueño de estudiar en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Nara ya era una realidad.
La beca Monbukagakusho: ingeniería a favor de la sociedadLas tres etapas de selección para esta competitiva beca consisten en la valoración del proyecto de investigación, un examen de dominio de inglés y una entrevista. En la primera, se evalúa que el proyecto esté relacionado con Japón y tenga un beneficio también para el país de origen, en este caso, México.
Alonso explica que el suyo se encuentra encaminado a aplicar inteligencia artificial en robots de servicio que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y de la tercera edad.
Japón es el país con la tasa de natalidad más baja y con el mayor porcentaje de personas de más de 60 años, donde el cuidado y asistencia en el hogar a este sector de la población es una responsabilidad social, y ante tan enorme demanda los ayuntamientos están abiertos a los avances de la tecnología. En cuanto a México, la población adulta mayor también va en aumento y aunque una de las primeras opciones es el cuidado familiar, los asilos son alternativas que el adulto mayor debe elegir por decisión propia y aliviar así la sensación de abandono, que en muchos casos no se cumple. A ello se suma que, de acuerdo con el INEGI, una de cada tres personas de 60 años o más tiene alguna discapacidad, la mayoría relacionada a la movilidad.
Con la asesoría de los mejores investigadores en el área y de su asesor de tesis de doctorado, el doctor Takamitsu Matsubara, Alonso confía en que podrá desarrollar nuevos algoritmos que aporten soluciones a dichas problemáticas Y, además, publicar artículos de difusión científica-tecnológica.
Metas a futuroAl término de la beca, le gustaría estudiar un posdoctorado en cualquiera de los dos países, de la mano de alguno de sus asesores de tesis de maestría, el doctor Héctor Benítez Pérez, investigador del IIMAS-UNAM, o de doctorado.
De igual modo, le gustaría trabajar como investigador en alguna universidad o empresa que cuente con un centro de investigación, por ejemplo, Google o Sony, pues está convencido que la inteligencia artificial seguirá cambiando la manera en que vemos el mundo.
"A los estudiantes siempre les doy un consejo: aprovechen el tiempo, fórmense, tomen cursos, diplomados, aprendan idiomas, intégrense a un capítulo estudiantil porque a través de las experiencias es como se aprende, y sobre todo, sean constantes y disciplinados", finaliza.