En el marco de las actividades por el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera que organizó la Sociedad de Alumnos de Ingeniería Petrolera en nuestra facultad (FI), el pasado 22 de marzo en el Auditorio Javier Barros Sierra, el doctor Simón López Ramírez, jefe de la Unidad de Servicios para la Industria Petrolera (USIP), impartió la ponencia Contribución Universitaria para el Desarrollo Tecnológico de la Industria Petrolera Nacional en Procesos de Recuperación Secundaria y Mejorada, con el objetivo de motivar a quienes cursan carreras de esa área a coadyuvar en el sector con ideas, investigaciones y proyectos para recuperar la producción de hidrocarburos.

Recordó que la industria petrolera está ligada a la historia del país y mencionó varios sucesos que el factor petróleo determinó: las concesiones que otorgó Porfirio Díaz a empresas extranjeras por desconocer la magnitud del sector, el asesinato de Francisco I. Madero debido a los intereses norteamericanos y la aparición del Comité del Petróleo de Venustiano Carranza, asesinado por Rodolfo Herrero, subordinado de Manuel Peláez, personaje ligado a petroleras inglesas.

Al narrar la nacionalización del petróleo (1938), destacó el conflicto laboral que la precedió (los trabajadores ganaron a los dueños, quienes, en su molestia, no atendieron el mandato judicial de la Suprema Corte) y la decisión del presidente Lázaro Cárdenas de expropiar, la cual contó con el respaldo de la gente que llevó sus pertenencias, animales domésticos o utensilios de cocina, para el pago de indemnizaciones: "Me imagino en esa época, ¡qué orgullo nacional por rescatar la industria!".

Tras ‘ la fiesta’, abundó, el país tuvo que enfrentar retos, el inmediato fue obtener el tetraetilo de plomo, aditivo de la gasolina para elevar el octanaje, ya que los extranjeros se llevaron su tecnología para que México no produjera hidrocarburos. "Afortunadamente, Teófilo García Sancho, un mexicano sobresaliente, lo sintetizó. En 1940, cuando comenzaba la producción a gran escala, un incendio destruyó la planta y sospecharon sabotaje. Nuestros compatriotas hicieron tanto para sacar adelante a la industria".

Superada la curva de aprendizaje por la expropiación, después de casi 30 años, la producción comenzó a crecer con Cantarell. "El barril estaba en 100 dólares y vendíamos 2.4 millones, aunque desafortunadamente, la inmensa cantidad de recursos no se vio reflejada en infraestructura en aquellos gobiernos. No sabemos a dónde se fue", lamentó. El ponente dio un salto a 2013, año de la Reforma Energética y su promesa de aumento de producción, aunque, aseguró, pasó lo contrario, justificando falta de tecnología en aguas profundas, nulo conocimiento y necesidad de la experiencia extranjera.

Originario de Agua Dulce, cercano a Coatzacoalcos, Veracruz, el doctor López pasó su infancia admirando a los petroleros que iban o regresaban de su jornada laboral y quienes abrían brecha en exploración. "Eran los 80 y quien dominaba el sector eran los caciques, dueños de todo; un egresado de Ingeniería Petrolera tenía que ir a cortar su pasto para ser contratado. Por ello, me decidí por la Ingeniería Química, sin perder el interés por la industria y el deseo de ayudar", relató.

Para motivar a la comunidad de Ingeniería Petrolera a que conozcan y participen en la USIP, el ponente hizo una pregunta que respondió con convicción: "¿Qué tenemos que hacer para coadyuvar en el sector y recuperar la producción nacional? Ahí entramos nosotros: la USIP es una unidad creada en la UNAM, con la intención de investigar, desarrollar y evaluar tecnologías acordes a los retos actuales, para mejorar la extracción de hidrocarburos, además de brindar apoyo científico, tecnológico y de servicios".

Hace aproximadamente 15 años, continuó, leí un reporte de Pemex sobre una inversión millonaria en beneficio de universidades de Estados Unidos, para que realizaran estudios que podíamos hacer nosotros. Teníamos que actuar para captarla y, al mismo tiempo, apoyar.

El doctor López Ramírez celebró que los esfuerzos y recursos para hacer realidad la USIP se concretaran, a través de asociaciones, el Conacyt y proyectos, y formaran un equipo multidisciplinario (ingenierías petrolera y química, geólogos, físicos, entre otras especialidades) con la intención de obtener hidrocarburos mediante procesos de recuperación secundaria y mejorada.

Además de los productos elaborados en la USIP, en los últimos 6 años se desarrollaron 35 tesis de licenciatura, 7 de maestría y 2 de doctorado, varias patentes y publicaciones, cursos en empresas y convenios. "Pueden participar en la Unidad para liberar su servicio social, prácticas profesionales o estancias. Ante los cambios de la industria petrolera nacional, los invito a sumarse para contribuir y provocar un impacto positivo", finalizó.