El pasado 24 de marzo, la Facultad de Ingeniería (FI-UNAM) inauguró el Foro La ingeniería en el desarrollo de México 2025, un espacio multidisciplinario donde académicos, estudiantes y especialistas discutieron los desafíos tecnológicos, sociales y económicos del país, organizado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSyH) en el Auditorio Javier Barros Sierra. Con la premisa "La ingeniería no es solo técnica; es una herramienta política", los ponentes de la UNAM coincidieron en que los proyectos de infraestructura, energía y telecomunicaciones deben analizarse desde dimensiones éticas y sociales: "Cada puente o sistema energético que diseñen incorporará una visión de país", subrayaron.
La maestra Amelia Fiel Rivera, jefa de la DCSyH, abrió el foro manifestando que las y los ingenieros deben entender las necesidades humanas y los valores éticos detrás de cada proyecto técnico. Enfatizó la importancia de tratar temas estratégicos, como los minerales críticos para la transición energética y el futuro de las telecomunicaciones en México, y agradeció a la doctora Brenda Duarte Rivera y al maestro Víctor Damián Pinilla (FI-UNAM), y al doctor Octavio Dorantes Zamora (FES Aragón), por su evaluación de los desafíos actuales del desarrollo nacional, y a los conferencistas magistrales, la doctora Marcia Solorza y el doctor Gerardo González Chávez, quienes abordan el cambio climático y la inteligencia artificial, "temas que exigen ingenieros con capacidad crítica, no sólo técnica... buscamos profesionales que resuelvan la desigualdad y la crisis climática con soluciones innovadoras". Convocó a los estudiantes a ser agentes de cambio y declaró inaugurado el foro reiterando el compromiso de la División por una ingeniería humanista. "El verdadero desarrollo se edifica con conocimiento técnico y conciencia social", concluyó.
Primera mesaLa doctora Duarte Rivera comenzó cuestionando la visión tradicional del desarrollo como sinónimo de crecimiento económico. "No alcanza con medir el PIB, debemos plantearnos: ¿desarrollo para quién y a qué costo?", señaló. Criticó que los modelos neoliberales privilegiaron la inversión privada sobre derechos básicos, mientras que la Cuarta Transformación, pese a su discurso de justicia social, mantuvo lógicas extractivistas en megaproyectos como el Tren Maya, y añadió que, aunque se impulsó la soberanía energética con Pemex, se descuidaron alternativas renovables y se recortaron programas educativos bajo la ‘austeridad republicana’, destacando que, bajo el gobierno de Sheinbaum, el enfoque evolucionó hacia la sustentabilidad, pero sin un plan claro para reducir la dependencia de combustibles fósiles.
La socióloga también abordó el papel de los ingenieros. "Ustedes no son solo técnicos, son actores políticos; deben interrogarse si sus proyectos replican desigualdades o producen bienestar real", afirmó. Citó como ejemplo las comunidades desplazadas por infraestructura mal planeada y exhortó a integrar perspectivas indígenas y de género en el diseño de soluciones técnicas. Para finalizar, invitó a repensar el desarrollo desde lo colectivo: "El verdadero cambio requiere políticas públicas que fortalezcan sistemas de salud y educación, no sólo transferencias monetarias. La ingeniería debe contribuir a democratizar el acceso a recursos, no a concentrarlos en manos de unos cuantos".
En su ponencia, el doctor Dorantes Zamora inició desmitificando la transición energética como solución al cambio climático. "Las energías ‘limpias’ dependen de minerales cuya extracción devasta ecosistemas y perpetúa colonialismos", advirtió. Paneles solares y turbinas eólicas, detalló, son tecnologías que necesitan cobre y tierras raras, metales controlados por China y EE. UU., lo que agrava la dependencia del sur global. Además, explicó, México exporta materias primas sin procesar, mientras importa productos terminados a precios elevados, y relacionó esta dinámica con el Índice de Poder Global, donde países exportadores de minerales, como Brasil, tienen menos influencia que los importadores (como Alemania). "La transición energética actual refuerza desigualdades geopolíticas", sentenció.
El ponente también cuestionó el modelo capitalista: "Hablamos de salvar el planeta, pero el sistema sigue favoreciendo ganancias sobre derechos humanos" e ilustró con el conflicto socioambiental provocado por la minería de litio en Sonora, donde comunidades locales son desalojadas sin beneficios reales. Por ello, insistió en que la energía debe ser un derecho, no un negocio: "Necesitamos políticas que prioricen soberanía tecnológica y justicia ambiental". Resaltó la nacionalización del litio en Bolivia y urgió a México a aprender de ellos, ya que "sin un cambio estructural, la transición será otro espejismo más".
Por su parte, el maestro Pinilla Morán inició su charla con una provocación —"El futuro ya está aquí, sólo falta que lo descubramos"— e introdujo la prospectiva como herramienta clave para anticipar escenarios en telecomunicaciones. Las megatendencias de la radio cognitiva y el Internet de las Cosas son tecnologías que optimizarán el espectro radioeléctrico, "un recurso tan valioso como el agua o el petróleo", explicó. Igualmente, alertó sobre la desaparición del IFT, que dejó un vacío que amenaza la innovación en 5G y 6G, y comparó este caso con el manejo que Corea del Sur realiza, donde reguladores independientes impulsaron su liderazgo tecnológico. "Sin autonomía, las decisiones caerán en intereses políticos, no técnicos", lamentó.
El maestro Pinilla también dedicó un espacio a la inteligencia artificial generativa. "ChatGPT es sólo el inicio", aseguró, ya que pronto la IA transformará la salud, transporte, etc., y "si no capacitamos a los ingenieros mexicanos, seremos consumidores, no creadores, de estas tecnologías". Al cerrar su participación, el maestro hizo un llamado a los estudiantes: "Identifiquen tendencias y exijan políticas industriales que apoyen la innovación local". Recordó inventos mexicanos subutilizados, como la TV a color de González Camarena, y los animó: "El talento existe; falta que el país apueste por él".
Conferencias magistralesLa doctora Marcia Solorza, especialista en economía ambiental, presentó El impacto socioeconómico del cambio climático en países en desarrollo, en la que subrayó que México enfrentará desplazamientos masivos de población hacia zonas urbanas por efectos climáticos. Basándose en proyecciones de la ONU, precisó que entre 1.4 y 3.9 millones de personas podrían migrar internamente para 2050, especialmente desde regiones del Golfo de México y Guerrero, donde sequías e inundaciones son cada vez más severas. La investigadora denunció el modelo agroindustrial actual, en el que las trasnacionales controlan el 90 por ciento de la producción nacional. "Monsanto domina el cultivo de aguacate en Michoacán y Jalisco, pero cuando degradan la tierra, simplemente se desplazan", denunció. En contraparte, destacó iniciativas locales como los 100 mil millones invertidos en paneles solares para viviendas, aunque reconoció que requieren mayor escala.
De igual modo, la doctora Solorza explicó los instrumentos financieros verdes, cómo los bonos naranjas, emitidos por empresas contaminantes, han ganado terreno frente a los bonos sustentables, especialmente en la era Trump. "En México, Banobras y FIRA han emitido bonos verdes, pero representan solo el 13 por ciento del mercado. Necesitamos políticas públicas que fomenten estas inversiones", afirmó. Para concluir, la académica recalcó la urgencia de reformar los planes de estudio para incluir la crisis climática en todas las ingenierías. "La nueva Escuela de Ciencias Atmosféricas de la UNAM es un primer paso, pero insuficiente", por lo que propuso crear laboratorios interdisciplinarios donde estudiantes elaboren proyectos reales de adaptación comunitaria.
En su conferencia magistral La inteligencia artificial: presente y futuro del trabajo, el doctor Gerardo González, experto en mercados laborales, resaltó lo paradójico que resulta que mientras desaparecen empleos tradicionales, surgen oportunidades en sectores inesperados. "En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias ya operan ocho robots quirúrgicos, pero requieren técnicos especializados que ganan hasta tres veces más que un enfermero tradicional". Del mismo modo, analizó con datos de la CEPAL las plataformas digitales para demostrar que Uber, Amazon y Mercado Libre, si bien generan empleos, son precarizados: "Un conductor labora 13 horas diarias para ganar un salario mínimo. Urge regular estos modelos con visión social". Planteó que la UNAM podría encabezar la creación de cooperativas tecnológicas que garanticen derechos laborales.
Al explorar soluciones concretas, elogió programas como Sembrando Vida, pero pidió ampliar su alcance: "Con el uno por ciento del presupuesto militar podríamos reforestar todo el sureste". También sugirió certificar habilidades en impresión 3D, realidad virtual y ciberseguridad mediante microcredenciales universitarias. Invitó a los estudiantes a participar en el nuevo Laboratorio de Economía Digital del Instituto, donde desarrollan proyectos de blockchain para transparencia gubernamental. Finalizó con una reflexión: "La IA no es buena ni mala; depende de su uso. En la UNAM debemos enseñar a los ingenieros a crear algoritmos que reduzcan desigualdades, no que las profundicen".