Alejandro III de Macedonia (356 - 323 a.C.), mejor conocido como Alejandro Magno, ha sido considerado por los historiadores como uno de los mayores íconos culturales de la Antigüedad. Poseedor de una extraordinaria capacidad logística, destacó por ser un impresionante estratega militar, reestructurar el ejército macedonio y emprender nueve años de lucha en conquista de territorios.
Porque su legado continúa presente, los ingenieros Rodolfo Solís Ubaldo, jefe de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, e Hilda Reyna Solís Vivanco, profesora de la División de Ingeniería Mecánica e Industrial, se dieron a la tarea de analizar esta figura histórica como precursora de la logística moderna, en la conferencia Alejandro Magno y la Logística.
El ingeniero Solís comenzó con una semblanza del personaje: fue hijo de Filipo II de Macedonia y Olimpia de Epiro, discípulo de Aristóteles y heredero de la capacidad militar de su padre, quien, aprovechando las rivalidades entre Atenas y Esparta, convirtió su reino en una gran potencia. Inculcado por su madre, Alejandro creció con la idea de ser un semidiós y encontró en la figura de Aquiles su máxima inspiración.
Tras el asesinato de Filipo II, Alejandro subió al trono con un objetivo en mente: liberar las ciudades griegas dominadas por el Imperio Persa. Con un ejército conformado por 40 mil hombres, emprendió una lucha que duró nueve años, pues incluso después de haber derrotado al último rey persa, estaba dispuesto a conquistar más territorios hasta encontrar el fin del mundo, intento truncado por la revelación de las tropas. A su regreso a Macedonia, víctima de las enfermedades y consecuencias de la guerra o quizá por haber sido envenenado, Alejandro Magno murió a la temprana edad de 33 años.
Hoy nos damos cuenta que para lograr la extensión de su imperio, Alejandro Magno no sólo tuvo que reconfigurar la organización de su ejército, idear estrategias y planear a corto, mediano y largo plazo, sino propiciar el intercambio cultural entre los pueblos que conquistaba. En palabras de Hilda Solís, poseía una cultura logística en la cual cooperación, la estructura y el enfoque en la actividad principal estaban presentes.
Definida como el correcto flujo de información, recursos humanos, tecnológicos y financieros a lo largo de un proceso productivo, la logística pareciera ser un concepto relativamente nuevo, pero si exploramos en la historia veremos que grandes personajes la dominaban desde entonces, explicó.
Mediante una comparación de las estrategias utilizadas por Alejandro Magno con lo que se hace en los procesos productivos, Hilda Solís llegó a la conclusión que él fue quien puso las bases de lo que hoy conocemos como eficiencia en la cadena de suministro: selección de rutas y planeación de fases de avance, alianzas, contratos, diseño de red, pronóstico de la demanda, planeación del despliegue de inventarios y organización del transporte. Cada una de ellas implica estrategias y tácticas que deben considerarse en la evolución, ejecución y seguimiento de cualquier proceso.
"Estudiar a alguien como Alejandro Magno nos hace darnos cuenta que aquello que se piensa como descubrimiento o foco de innovación, no es otra cosa que retomar lo hecho por grandes estrategas de la Historia", concluyó Hilda Solís.
