Según una encuesta realizada a estudiantes universitarios, la violencia en las relaciones de noviazgo está cada vez más presente: de los siete mil encuestados, el 75 por ciento sufre de violencia psicológica, es decir, chantajes, celos, amenazas; y en menor medida se hallan la violencia física (golpes, jaloneos), la sexual y la económica.
En la conferencia Construyendo Relaciones de Buen Trato, llevada a cabo el pasado 6 de abril en el Auditorio Sotero Prieto, la maestra Marcela Valadés Morales explicó que la violencia es ocasionada principalmente porque en las relaciones no hay una comunicación clara y asertiva, lo cual deja permear estos tipos de abusos.
Ante esta situación y con el fin de revertir estas estadísticas, la sexóloga y psicoterapeuta familiar subrayó la importancia de cambiar los hábitos que podrían causar violencia en las relaciones afectivas y recomendó optar por un modelo de amor confluente, que es más consciente de las implicaciones que conllevan los vínculos amorosos.
El amor confluente
"Se debe entender al amor como una construcción social que depende de la cultura, sociedad, religión o edad de cada uno, asimismo, un concepto que se construye con base en las experiencias personales. Observen que las relaciones del siglo XXI ya no siguen el mismo modelo de nuestros padres o abuelos", aclaró la maestra.
Durante la historia de la humanidad, el amor se ha expresado de múltiples formas y costumbres: el platónico, el pasional, el cortés o el burgués, por mencionar algunos. Un modelo que ha perdurado hasta la actualidad es el amor romántico, el cual consiste en la idealización de un sentimiento afectuoso que durará para siempre, es exclusivo, tradicional y monógamo. "Hay jóvenes que aún siguen practicándolo: idealizan al otro como su media naranja y no ven los defectos ni las cualidades reales de las personas".
Sin embargo, desde el siglo pasado se ha introducido un nuevo modelo: el amor confluente. Anthony Giddens, en su libro La transformación de la intimidad: sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas, explica que el amor confluente es contingente y activo, es decir, que choca con el ideal romántico: "sólo y único" y "para siempre".
Se trata de un tipo de vínculo que busca el respeto mutuo, presupone la igualdad en el dar y recibir, se pierde la idea romántica de propiedad y de dependencia del otro, por lo que vuelve a la relación afectiva un espacio de buen trato. A través de una comunicación asertiva, se puede lograr una equidad sin violencia y una relación fortalecida y satisfecha.
Una relación amorosa no debería generar inquietudes, inseguridades, ni violencia, para ello se necesita que entre los participantes haya una buena comunicación, confianza, asertividad, negociación de acuerdos para la resolución de problemas, etcétera.
Finalmente, la maestra Valadés enlistó unas recomendaciones para evitar la violencia y construir una relación de buen trato desde uno mismo: "cada uno debe conocerse, autocuidarse, tener consciencia del espacio personal y del otro, reconocer mis propias emociones y sentimientos para canalizarlos a una óptima comunicación, tener autoestima y respetar nuestros propios límites".
Cabe mencionar que la charla formó parte del ciclo de conferencias de Promoción de la Salud y el Autocuidado, que organiza la Secretaría de Apoyo a la Docencia por medio de la Coordinación de Programas de Atención Diferenciada para Alumnos de la Facultad de Ingeniería.
