La propia estructura del curso/asignatura/tema debe diseñarse para evitar la distracción durante la elaboración de actividades. En las sesiones sincrónicas, hay que realizar actividades puntuales en las que solicitemos participación de todos. Si usamos Zoom, por ejemplo, podemos hacer pequeños grupos de discusión y luego compartir en plenaria, hacer encuestas o bien compartir pizarra para que no sólo nos vean a nosotros sino a alguna imagen, diseño, etc.

Si hay un desinterés generalizado por esta forma de trabajo, es mejor no realizarla y buscar otro momento en el que haya mayor predisposición. Podemos motivarlos mostrándoles diferentes problemas y pedir la resolución de uno, después dar un incentivo al equipo que logre resolverlo, a partir de criterios establecidos.

En un primer momento, después de alguna actividad que nos permita haber identificado los estilos de los alumnos, el profesor debería armar los grupos para lograr una heterogeneidad en los equipos. Después, más adelante en el curso, es posible que los alumnos organicen sus grupos de vez en cuando.

Estas características se irán identificando conforme los alumnos participen. Una estrategia puede ser presentarles un caso al inicio, ver las soluciones que se plantean y cómo se plantean, a partir de ahí podemos darnos una idea inicial de los estilos de los jóvenes.

Brindarles constantes oportunidades de contacto, reconociendo su trabajo y estableciendo algunas modificaciones a las reglas que se mantendrán siempre y cuando las cumpla.

Se puede identificar a través de las actitudes que los alumnos tomen al resolver actividades, al relacionarse con otros, con el tipo de respuesta que dan, incluso su ausencia nos dice algo.

Generando espacios donde se practique la escucha activa, donde nos acerquemos tanto de forma grupal como individual cuando sea necesario y utilizando formas adecuadas de comunicarnos (rescatar aportaciones, ceder un tanto el control al alumno, etc.)

Considero que no vamos a tener resultados de lo que representó emplear en su totalidad esta modalidad a distancia. Lo que sí podemos hacer es recuperar experiencias del sistema de educación a distancia, para conocer cómo se han estado construyendo las experiencias educativas desde esa modalidad y adaptar lo que nos pueda funcionar. Por ejemplo, en Medicina, donde las asignaturas se estructuran con contenidos exprofeso, actividades de entrega y entonces se va haciendo un modelo híbrido ya que hay prácticas que se tienen que realizar de forma presencial, pero hay otras asignaturas que, a la par o bien como antecedente de otra, se pueden cursar en línea.

Debemos evitar pensar que somos repetitivos o dar por sentado que el otro ha entendido a la primera. Hay que se muy explícitos, detallados y checar 2 o 3 veces si las instrucciones se comprendieron. Debemos dar realimentaciones puntuales. Y debemos "leer" o escuchar con mucha atención.

Si notamos que existe un conflicto, que alguien no la está pasando bien o está teniendo dificultades para resolver X situación, entonces podemos acercarnos para conocer más detalles de la situación y saber qué acciones podemos tomar.

Totalmente, así nos permitirá saber qué ha funcionado, qué no ha funcionado bien y qué podemos cambiar para hacer una mejor clase.

No se conoce una herramienta que esté enfocada específicamente a estilos de aprendizaje en línea, es un buen campo de investigación. Sugiero consultar estos artículos que abordan los estilos de aprendizaje en línea basados en lo que existe en educación presencial: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-50062014000400003

Empezando poco a poco a involucrarlos en búsqueda de información, pero contextualizada en una actividad más compleja, donde la información no sea el fin sino un medio.

No, la aptitud es una predisposición que tenemos, una destreza; la habilidad es el ejercitar, practicar para obtener un cierto grado de manejo.

Nosotros como docentes podemos darles herramientas, crear un ambiente de confianza, reforzar comportamientos positivos, pero en última instancia, será el alumno quien haga ese cambio de actitud.

Reforzar los comportamientos positivos de forma grupal y a esos alumnos que muestren actitudes negativas, darles un seguimiento más puntual y directo e incluso ponerlos a trabajar con los alumnos que muestren un desempeño más adecuado en las actividades.

El estudiante ya llega con una motivación (o desmotivación). Lo que el docente hace es generar un ambiente que puede inducir a otro tipo de motivación.

Algunas dinámicas son: empezar con un foro asíncrono, en el que los estudiantes tengan que expresar su objetivo personal al ser estudiantes de ingeniería, qué creen que aprenderán en ese curso y qué les gusta y qué no les gusta de las clases en línea. Otra es presentarles un problema y pedirles una resolución, empleando los medios que ellos quieran. Las características que estaremos identificando son: trabajo en equipo, comunicación, trabajo individual, producción de textos, responsabilidad, constancia, organización, tolerancia y entusiasmo.

Nadie puede cambiar la actitud de otra persona en un principio, ya que debe ser su voluntad iniciar un cambio. Podemos ser un modelo de seguridad, confianza y conocimiento para acompañar y guiar, mostrándonos interesados por las necesidades de los alumnos, eso es lo que externamente podemos aportar.

Sí, aunque el cambio no depende de nosotros, si podemos dar las condiciones en las que la actividad ofrezca "recompensas" que no sólo se queden en el exterior, sino que puedan dar un beneficio relacionado con la actitud del alumno.

Sin duda, esto implicaría un cambio radical en el modelo educativo. Es un tema muy amplio para discusión.

Sí, podemos empezar por ahí para ir generando motivación extrínseca en un principio.

Que el recocimiento se centre en que la actividad o el producto fue bien desarrollado y no en la persona y sería mejor no hacerlo en privado.

Podemos pedirles que al menos al inicio de la sesión prendan la cámara y si después la quieren apagar, está bien pero después, hacemos otro punto de chequeo y les pedimos que la vuelvan a prender para realizar alguna actividad o contestar alguna pregunta, por ejemplo.